Las fronteras existen para cruzarse

UNA OBSESIÓN CADA MES

Dromomanía es una revista temática y, a la vez, un boletín que llega a tu correo cada semana en forma de ensayos, datos, entrevistas y cómics. Cada mes exploramos temas que definen Latinoamérica, que muestran nuestras diferencias y lo que nos une. Aquí puedes leer los 16 números sobre espías, plantas, guerra y paz, obsesiones… y mucho más.

#1

IDEAS QUE NOS VUELAN LA CABEZA

Dromómanos surge de la obsesión por viajar y conocer el mundo. Esto incluye entender a las personas, sus historias y contarlas. Hoy llevamos nuestros delirios a otro nivel con el nuevo Dromomanía. Nuestro boletín ahora es una revista que puedes seguir cada viernes en esta suscripción y a través de nuestras redes sociales. Todos los meses hablaremos de una sola idea desde distintas perspectivas y formatos.

#2

NI GUERRA NI PAZ

Por eso, mientras seguimos en vilo con las explosiones de un país lejano que hacen temblar el mundo, en este número de Dromomanía volvemos a reflexionar sobre cómo vivimos y por qué nos matamos en este rincón. Llamarlo guerra sería una simplificación que abonaría a la indiferencia y la impunidad. Llamarlo paz, un ejercicio de mirada corta en el que amputaríamos la realidad de quienes sobreviven cada día bajo el gobierno de la violencia.

Plomo y pólvora

EXPLICATIVO

#3

MEMORIAS DEL OLVIDO

Cuento todo esto porque la memoria no solo es individual, es histórica y colectiva. Y América Latina también tiene un pasado traumático que tal vez nos gustaría olvidar. Por eso este mes en Dromomanía hablaremos de cómo recordamos, para qué sirve y del derecho a olvidar.

#4

EL PROBLEMA DEL DINERO

Nos lo ganamos, lo gastamos, necesitamos más. El ciclo del dinero es prosperidad y crisis. Ante una pandemia que no acaba, una cadena de suministros que sigue estancada y una guerra que nos recuerda que podemos empeorar todo, estamos asimilando lo que los números y expertos sí aseguran: que no todos pueden pagar el precio de la incertidumbre.

#5

GOZADERA

Su búsqueda nos puede dañar, la industria que creamos alrededor nos satura, a veces nos invade la culpa, y la recompensa dura mucho menos que el camino para conseguirla. Pero no hace falta ser hedonistas, estamos programados para que el placer sea parte fundamental de nuestras vidas.

 

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